Un hombre predestinado al poder, perteneciente a una estirpe con historia desde la época de la Colonia, que va tomando fuerza generación tras generación, un hombre que nace con un don intelectual, que se prepara y dedica su vida al estudio de las ciencias, la cultura, la música, la poesía, ese el Alfonso López Michelsen, un humanista que se abrió camino en la política, un rebelde pensador que sin proponérselo como ley de vida llegó a ser presidente en 1974.