Bundelkhand, en el centro de la India, es una región conocida por sus bandidos armados y está siendo testigo de una nueva clase de rebelión con un elenco de personajes inusuales. Estas son las mujeres de sari (vestido) color rosa de la pandilla Gulabi, que utilizan las palabras como armas, que exigen sus derechos, presentan peticiones y arengas contra los funcionarios corruptos. Ellas viajan largas distancias en carro, tractor, autobús y tren, para exigir justicia para las mujeres, sin inmutarse por policías burlones y burócratas condescendientes. Sampat Pal, la fundadora del grupo, es una mujer dura y con una personalidad dominante. A pesar de haber nacido en una familia tradicional y casarse antes de tiempo, ha desarrollado su propia rama de feminismo y política igualitaria. Constantemente en movimiento, hoy se le puede encontrar investigando la sospechosa muerte de una mujer joven y mañana protestando contra un funcionario corrupto.