Con sus aguas cristalinas y su cultura isleña, el archipiélago de Bocas del Toro, en Panamá, atrae a jubilados e inversionistas de los Estados Unidos. Esta rápida y creciente migración está teniendo efectos en la comunidad local, que lucha por mantener la esencia del que considera su hogar. A través de sus historias personales, emerge el gran tema global de comunidades, nuevas y antiguas, que se encuentran bajo el asedio de empresas sin rostro.