Camilo tiene 23 años y hace parte de la clase media de Medellín. Su familia lo presiona constantemente para que trabaje o estudie, pues después de haber regresado de prestar servicio militar, su única ocupación es jugar microfútbol en el barrio. Este es el lugar donde conocerá a Berri, el director técnico del equipo, quien le ofrecerá un trabajo que le representará, más que una oportunidad de salir adelante, un reto moral. Al final terminará involucrado en una situación al margen de la ley, olvidando a su familia por completo. En este camino encontrará el amor, sin embargo, puede que sea demasiado tarde para disfrutarlo.