Araya es una salina natural, ubicada al nordeste de Venezuela en la Peninsula del mismo nombre, cuyos recursos han sido explotados manualmente por largos años. Margot Benacerraf plasma en imagenes la vida de los 'salineros' y sus artesanales métodos de trabajo, antes de que estos definitivamente desaparezcan a consecuencia del arribo de la explotación industrial con avances tecnológicos. 

Cortometraje que cuenta la historia de la verganza de una empleada doméstica contra sus patrones.

Documental sobre el efecto de los VI Juegos Panamericanos en la ciudad de Cali, vistos desde el punto de vista de la gente que no pudo entrar a los estadios.  Una película que veía los deportes desde afuera de los escenarios, para indagar lo que estaba sucediendo adentro de una ciudad. El contrapunto, la confrontación de planos contradictorios, la dialéctica entre la imagen y el sonido, el encuentro entre “la realidad” y “lo real”, entre lo que se es y lo que se esconde, forman parte del catecismo estético de Mayolo.

Este documental muestra, en tono sarcástico y de forma particular, los hechos ocurridos en una Feria de Cali.

Película de ficción que simula ser un documental sobre los cineastas que explotan la miseria con fines mercantilistas. Es una crítica mordaz a la “porno-miseria” y al oportunismo de los documentalistas deshonestos que hacen “documentales socio-políticos” en el Tercer Mundo con el objeto de venderlos en Europa y ganar premios.

Roberto Hurtado, potentado azucarero del Valle del Cauca, padece una extraña enfermedad que lo obliga a permanentes transfusiones sanguíneas para sobrevivir. La sangre proviene de jóvenes cazados por el macabro grupo que integran Florencia, Perfecto y Ever, bajo la dirección de Adolfo, hijo del magnate enfermo. Las víctimas mueren desangradas, no sin antes verse sometidas a terribles vejaciones por parte de sus desalmados captores. El terror reina en la ciudad.

A las las afueras de Montevideo, una pelota se cuela en un viñedo. Cuatro chicos entran a buscarla... pero sólo salen tres. Enterado de la noticia por azar, Joaquín Santi, periodista de un importante diario local, comienza a investigar la extraña desaprición, creando un acontecimiento mediático. Cercado por sus propios fantasmas y a modo de catarsis -por la pérdida de su propio hermano- el periodista investigará los límites entre la realidad y la ficción, entre la responsabilidad de los medios y el dolor de las víctimas.

En Villaserena, pueblo alejado del mundo, llega una destartalada compañía de actores ambulante que logra alterar la paz y la tranquilidad de la población, en especial en la familia de Ruperto de quien, el primer actor, logra enamorar su esposa. Poco tiempo después llega también Abelardo, un hombre de extraño atractivo, para instalar una estación de radio, la primera en la historia del pueblo. La radio volverá a causar nuevos grandes y definitivos trastornos en el pueblo. Con la radio llega la civilización pero también será el fin de una época de paz y de apacible silencio.

La canoa tiene un valor simbólico en las comunidades ancestrales. Esto nos permite vislumbrar cómo se transmite la sabiduría de los antepasados, aún a pesar de las condiciones de violencia y olvido. El documental está estructurado a través de tres personajes: el artesano, que construye canoas y nos muestra los secretos del oficio; el shaman, que tiene el conocimiento de su comunidad, y el danzante, quien nos cuenta el origen del tabaco, uno de los siete espíritus que posee la canoa.

Lisboa, 1989: Un pobre diablo de mediana edad vive en el cuarto de una pensión barata y familiar, en el casco antiguo de la ciudad. Atormentado por una enfermedad y por vicisitudes de orden diverso, el idiota, que se alimenta de Schubert y quizás de una vaga cinefilia como forma de resistencia frente a la miseria, es puesto de patitas en la calle tras un intento frustrado de atentar contra la virtud de la hija de la dueña de la pensión. Solo y privado de recursos, se ve confrontado con la dureza del espacio urbano y es internado en un hospicio, de donde saldrá con la firme determinación propia del hombre libre, y con una misión “rica y extraña” que le ha sido encomendada por un viejo amigo, enfermo mental como él: “!Ve y dales trabajo!”.