El hijo de un hombre viudo decide enviar una carta a un programa de radio, en la que solicita una esposa para su padre y una nueva madre para él.

Tras una infancia traumática que no ha conseguido olvidar, Tom Wingo, un desilusionado y algo rudo entrenador deportivo sureño, se ve obligado a revivir su pasado cuando viaja a Nueva York a petición de la doctora Susan Lowenstein (Barbra Streisand), la sofisticada psiquiatra de la alta sociedad de Manhattan que atiende a la hermana de Tom después de varios intentos de suicidio.

Peter Press ha estado viviendo con una prensa durante 20 años y ha completado su proceso de escuadrado, hasta que un incidente lo obliga a quitársela. Esto irá en contra de sus creencias y pondrá en peligro su entrada al paraíso.

William Ludlow, un coronel abandonado por su mujer, ha criado a sus tres hijos en su gran rancho de Montana, a los pies de las Montañas Rocosas. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) y una bella mujer cambiarán el destino de todos ellos para siempre. Sus hijos son el indómito Tristan, el sensato Alfred y Samuel, el menor, que acaba de traer al rancho a su bella prometida Susannah.

Cuando muere su padre, Eliécer queda a cargo de su media hermana. La decisión de no asumir la responsabilidad, lo obliga a la misión de llevar a la niña a la capital para encontrar a su madre que la abandonó cuando él era un bebé.

Montevideo, Uruguay. Jacobo Köller, el dueño de una modesta fábrica de calcetines, arrastra una vida gris y de una monotonía asfixiante. Su relación con Marta, su empleada de confianza, es estrictamente laboral y está marcada por el silencio y la rutina. Esta monotonía se ve súbitamente amenazada por el anuncio de la inesperada visita de Herman, el hermano de Jacobo, que vive en el extranjero, y con el que ha perdido contacto desde hace años. Es entonces cuando Jacobo le pide ayuda a Marta para afrontar una situación tan incómoda. Tres personalidades aparentemente inofensivas: tres clases de soledad. 

Tras perder a su madre Lucía, la joven Alejandra (Tessa Ia) se muda junto con su padre Roberto (Hernan Mendoza), depresivo por la pérdida de su esposa, desde la costera Puerto Vallarta hasta la capital México D.F., intentando cambiar de vida en otro sitio lejano. En la capital ella es nueva en su colegio, donde pronto comienza a tener problemas. El padre tiene un nuevo trabajo. Pero empezar de nuevo siempre es complicado cuando se ha dejado tanto atrás.

A miles de kilómetros al sur de Buenos Aires, tres personajes viajan por las solitarias rutas de la Patagonia. Don Justo, un anciano de 80 años dueño de un bar de carretera que regenta su hijo, se ha escapado de casa para buscar a su perro desaparecido desde hace tiempo. Roberto, un viajante de comercio de 40 años, lleva una tarta para el cumpleaños del hijo de la joven viuda de uno de sus clientes. Ese mismo día María Flores, una joven de 25 años, viaja con su hija en autobús siguiendo la misma ruta. Es una mujer muy humilde que acaba de saber que ha resultado ganadora en un sorteo de un programa de TV. Cada uno viaja por su cuenta, pero como sucede en las desérticas rutas patagónicas, sus vidas y sus ilusiones se entrecruzan en los escasos paradores de la región. 

Lo que se suponía iban a ser unas vacaciones tranquilas en la isla de Kos se convierten en una aventura para tres nuevos hermanos, cuando Adriana, una buceadora local, es secuestrada por un ladrón de arte y un arqueólogo que han encontrado uno de los tesoros perdidos más importantes de Grecia.

Katie es una joven adolescente incapaz de superar la depresión que padece tras perder a su madre. Ha perdido el interés en el colegio, en sus amigos y en el deporte. Todo cambia cuando en verano su profesora de ciencias le pide que cuide de Gibby, el mono capuchino que tiene en casa como mascota. La personalidad del simio, su alegría y espontaneidad, logran que Katie vuelva a recuperar la ambición y las ganas de vivir, rodeándose de un nuevo grupo de amigos en el que conoce a un chico que aspira a convertirse en su novio.