Yilmar es un joven boxeador afrodescendiente caleño. Cada día después del entreno, deja los guantes y se convierte en jardinero del cementerio de su barrio: Siloé de Cali (Colombia), lugar donde vive con su madre alcohólica y sus hermanos. Su vida se desenvuelve entre contrastes:
por un lado, la violencia del cuadrilátero, por otro, la paz que le evoca el ambiente de la muerte del cementerio.
Las voces del río es un documental que recoge los rostros y sentimientos de los habitantes de la ribera de que ha sido la arteria fluvial por donde circuló el desarrollo del país luego de un recorrido que se realizó desde Bocas de Ceniza en el Atlántico a la Laguna de la Magdalena en el Huila.
Es un homenaje y una reactivación crítica de la primera época del cine documental independiente en Colombia. Hacer cine sobre el cine, preservar, restaurar y experimentar con los archivos es nuestra forma de contribuir críticamente a la memoria y el patrimonio audiovisual colombiano. Entre los años 60 y 70, un grupo de jóvenes cineastas deciden filmar Colombia desde sus márgenes. Sin planearlo, sus primeros filmes marcaron la estética de un cine artesanal e independiente, revelado en laboratorios improvisados y exhibido en plazas, universidades y sindicatos; interrogando, con películas frágiles y radicales, al cine oficial y la imagen del país que pretendía recrear.
Este documental pretende ser un dialogo franco y reflexivo entre madre e hija, sobre el pasado y las consecuencias del presente. Así mismo toca un tema poco abordado y es la sexualidad en adultos mayores.
Lezama era un gran gestor cultural, productor, consejero departamental, cinematógrafo, actor, director y maestro. Su muerte unió a la industria en torno a una reflexión sobre qué es el cine, porqué hacerlo y la diferencia entre narrar en las ciudades y las periferias en un país donde cada tres días es asesinado un líder social.
Más que un debate sobre un crimen, Lez-Ama. Vivir Filmando, es un emotivo documental que celebra la vida de un hombre que sintió en el cine un motor para la transformación social. Es un homenaje al artista, al amigo, al hijo, al padre... y a todos los Mauricios Lezama que trabajan “anónimamente” desde el cine popular, empeñados en#vivirFilmando.
La vida y la muerte en el tiempo de los Emberá Eyabida son dimensiones del ser que se sostienen atadas por los sueños. Después de cuatro años de estar enterrado, Alejandrino Carupia, el chamán más importante del resguardo Indígena de Andabú, en la selva tropical en Urrao, le pide en sueños a su esposa Teresa Bailarín, que lleve su cuerpo a otro
lado porque está aburrido donde lo enterraron. Teresa le contó a su familia y a la comunidad de estos sueños, pero sus paisanos no le hicieron caso, algunos tienen miedo de que el espíritu de un chamán que
vuelve a la vida se convierte en un “aribadá”, un ser que daña cosechas, causa enfermedades y produce muerte.
“Cuando mi hijo Leo tenía un año de edad, fue diagnosticado autista. Ahora tiene siete y aún no habla, sin embargo, me regala cada día profundas reflexiones. Esta película es mi búsqueda de su voz a través de un registro íntimo de nuestra cotidianidad en el que se evidencian
nuestros procesos de aceptación, de convivencia, educativos y del desarrollo del lenguaje.
Georgina, una mujer trans Wayúu, atraviesa el desierto de La Guajira buscando reconciliarse con su familia. En este viaje de regreso es testigo del abandono al pueblo Wayúu causado por la corrupción en Colombia y una mina de carbón que consume toda el agua. Todos los vecinos llaman a esta mujer de más de 60 años: ‘Georgina’, sin entender que nacida en el cuerpo de un hombre se asumiera desde siempre mujer. Al enfrentarse a su familia fue desterrada a vivir lejos de su pueblo en mitad del desierto. Ahora en la vejez ha decidido buscarlos para sanar las heridas sin saber cómo será recibida por los que aún viven. La historia de Georgina es una leyenda de rebeldía, cruda resistencia y también, de espinosa reconciliación; una metáfora de los tiempos que vivimos en Colombia.
Narra la historia de Yira Plaza, directora del documental e hija de Luis Plaza, un líder sindical y pionero de la lucha popular, cuenta y cuestiona su lucha y la de su padre desde una mirada íntima: “Colombia es un país de revoluciones fallidas y yo soy hija de una de ellas. Mi papá es un líder
sindical que ha sobrevivido a amenazas, exilios y al exterminio de su partido político. Yo heredé su convicción y hoy, años después del último atentado que sufrió mi papá en el 2014, me pregunto sobre el sentido de su lucha y mi propia militancia. En mi encuentro con el archivo, mi padre
y el resto de mi familia, intentó dilucidar si hay algún lugar para la utopía hoy”
Es una historia de amor entre dos ex combatientes del grupo guerrillero
colombiano FARC-EP. Hace seis años se reunieron en las filas de la guerrilla y se enamoraron. Durante la guerra, ser pareja fue casi imposible. Se les asignaron diferentes misiones, y tener una relación era considerado un privilegio más allá de su rango. La lucha revolucionaria estaba primero que los intereses personales. Ahora, después de haber entregado sus armas e incorporado a la vida civil, su futuro es aún más
incierto.